La Cátedra Pio Tamayo, es la expresión de la libertad de
cátedra y de libre pensamiento de la UCV.
Pero, un empleado de la Dirección de Seguridad de la UCV,
acabó así de repente con ella, después de 30 años ininterrumpidos.
El mandadero de otra funcionaria, que a su vez cumple
ordenes de quien tiene la “autoridad”, lesionó a la academia universitaria.
La causa aparente del cierre es la falta de “presupuesto”,
no hay para pagar la luz y otros detalles, por tanto para ahorrar presupuesto dejará
de funcionar todo aquello que consuma luz, requiera servicios de seguridad,
apoyo logístico entre otros.
Claro si cerramos todo espacio de trabajo con esos criterios,
puede que alcancen las partidas presupuestarias para otros fines no académicos.
Ha sido cobarde la forma de liquidar un espacio de
análisis, discusión y propuestas, todas siempre bajo un documento de base
preparado por la conducción de la Cátedra, el investigador Agustín Blanco
Muñoz, acompañado de ponentes invitados y un público plural atento y listo a
participar y dar sus opiniones.
Esta Cátedra siempre abierta, plural, sin preguntarle a los
participantes quienes son o de donde vienen, solicita tus datos voluntariamente
para que te contacten y puedas mantener seguimiento a los temas que te interesen.
Es el caso que cuando asistes aún sin
previo aviso, ahí encuentras a la misma hora y lugar, la Cátedra dando y
recibiendo, enseñando a aprender a aprender.
Una explicación de haber ordenado su desaparición es que
las actuales autoridades de la UCV dejaron de asistir o nunca lo han hecho, lo
que les hubiera permitido entender que la Cátedra Pío Tamayo vence las sombras.
Que diferente hubiera sido que el rector encargado,
vicerrector académico electo Nicolás Bianco
antes de ordenar o conocer de tal decisión, hubiera tenido la curiosidad de hacerse
presente y medir cómo la Cátedra hace pensar, rectificar o ratificar ideas
sobre asuntos y temas, sociales, políticos, económicos y culturales que
interesan a todos los venezolanos.
Preguntamos: las autoridades y altos funcionarios de la
UCV han olvidado que las ordenes e instrucciones se dan por escrito y no
verbales?
Donde está la notificación de la decisión, para
identificar quien tomó la medida y las razones para ello; a los fines de poder
defender nuestro derecho a ejercer la academia en la UCV a la que pertenecemos?
¿También la UCV se nos convirtió en un cuartel?
En caso de que se nos argumente que están protegiendo
nuestras vidas dada la criminalidad en la UCV desbordada, nos merecíamos mas
protección que destrucción.
La medida de fuerza y de hecho que nos ha sido impuesta, merece
una explicación y preferimos que de ser una censura política se nos diga
abiertamente, ya que entre académicos la verdad y la razón van por delante.
Lo mas triste y puede ser la causa del cierre, sea el
desconocimiento por parte de las autoridades de la UCV, de lo que hace y logra
la Cátedra Pío Tamayo. Por eso consideraron mas importante ahorrar luz que mantener
el caudal de información ordenada, clasificada y documentada, de la que dispone
la Cátedra sobre los problemas y soluciones para Venezuela y la urgencia que
ese hilo conductor no se rompa y mas bien reciba mas apoyo del Consejo
Universitario de la UCV.
Cuanta verdad hay en las palabras del artículo del
Vicerrector académico de la UCV Nicolás Bianco publicado en el Nacional el 20
de julio de 2014. Afirma que la UCV “Es un territorio pleno de libertad y
derechos. Es una institución con profunda preocupación por su presente y
futuro. Conoce el acierto y el error. Se preocupa. La preocupación de la UCV es
la de los venezolanos de buena voluntad. Libertad, autonomía y progreso es la
única opción.”
Vicerrector Académico la Cátedra Pio Tamayo merece una
explicación por escrito del error cometido por ustedes, para que sus palabras
sean una realidad.
ResponderEliminarCecilia,
Anoche me encontré con tu correo y opinión sobre el incidente con la Cátedra "Pio Tamayo(CPT)". Lamento su contenido. "Culpable
a priori". Un contenido Infortunado e infundado. Te ofrezco unas breves explicaciones:
a) La CPT es una cátedra libre adscrita a Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES). Es "propiedad" sin control alguno
de sus directivos. El Vicerrectorado Académico (VRAC) de la UCV, no tiene injerencia alguna en las actividades de la CPT.
b) La CPT es uno de los tantos beneficiarios de la esplendida y nueva Sala Francisco de Miranda (también conocida como Sala E).
La nueva Sala E es uno de los numerosos logros del VRAC autonómico y democrático a mi digno cargo. Su funcionamiento está bajo
la directriz de nuestra Gerencia de Información, Conocimiento y Talento. Su Gerente es la profesora Antonieta Alario.
c) La campaña difamatoria y de mala fe del directivo o "dueño" de la CPT por la red tweeter, hizo que quién esto te escribe conociera
de un incidente aislado provocado por un vigilante del Edificio de la Biblioteca Central. Ese incidente interrumpió por primera y única vez
la actividad de la CPT pautada para el lunes 14.07 en seis años que llevamos de gestión. La profesora Alario no solo actuó siguiendo nuestros reglamentos en relación a la decisión inconsulta del vigilante, sino que llamó al dueño de la CPT para ofecer las disculpas
de rigor y la asistencia operativa a la CPT.
d) La respuesta en la prensa del dueño de la CPT y de muy pocos "seguidores" en el tweeter continuó siendo injuriosa en contra
del Vicerrector Académico. Por eso es lamentable que tu te hayas unido a ese proceder erróneo.
e) Finalmente, este lunes 21, la Sala E estaba lista para recibir al público que atendería la sesión habitual de la CPT. Su dueño se
negó a entrar y decidió emitir una perorata en las escaleras adyacentes. Entiendo por la escasa concurrencia que sus improperios
se los llevó el viento.
Ciertamente no es necesario que me constestes ni mucho menos. No hay caso. Si un proceder impropio e inaceptable.
Nicolás.