Cecilia Al dia!

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Caracas, Miranda, Venezuela
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HACIA EL DIA DESPUES


Frustración por el desamparo frente a la pobreza, el desempleo, los precios que suben tras el dólar, la inseguridad galopante, los hospitales deprimentes y sin recursos, las calles rotas, las escuelas abandonadas.
Pero el venezolano no puede estar solo con su desgracia.
Al Estado le corresponde contribuir a estabilizar el bolívar y los precios ya, no dentro de veinte años; lograr las tasas de interés que faciliten la reactivación de los negocios y la creación de miles de puestos de trabajo en tiempo breve.
También debe explicarle cómo va a enfrentarse la pobreza, encerrar a los delincuentes, detener la corrupción, hacer valer nuestros derechos, crear una verdadera Administración de Justicia, suplantar la consolidación de barrios por la desconcentración urbana, pasar del conuco a la agricultura productiva, cambiar el INCES “socialista” por la educación vocacional y adecuar la educación para formar buenos ciudadanos. 
No se trata de ofrecer el paraíso a futuro, sino el de la pragmática y eficaz inmediatez posible.
Tenemos que lograr la confianza, para ello  detener la inflación, como el elemento desencadenante de nuestros males económicos, sociales y políticos. Sui generis, como la naturaleza de nuestra economía, tendrá que ser también el remedio para sus males. No tenemos mas opción que innovar para salir del trance mientras esta economía tan especial neutraliza el foco inflacionario.
La crisis social comenzó por ser económica.
No basta con crear fuentes de trabajo ni lograr que el nivel de los salarios se reconcilie con las necesidades mínimas de la familia, porque muchos miles de personas no tendrán acceso ni a uno ni a lo otro. Para combatir la pobreza es necesario convertir a los habitantes en ciudadanos a través de la educación, la enseñanza, el entrenamiento y la información.
Legiones de hombres y mujeres del país, podrían ya a comenzar a superar sus niveles de pobreza adquiriendo destrezas laborales, que los conduzcan a un empleo.
No puede ser otra forma como los pobres dejen de serlo, ocupen viviendas en comunidades servidas y ambientalmente tratadas, eduquen a sus hijos, cuiden su salud, cultiven su espíritu, disfruten los servicios y se beneficien de la modernidad.
Tenemos que exigir se cumpla con los fines del Estado: prosperidad y bienestar. Para eso tenemos que tomar una decisión: escoger el presidente que pueda hacerlo.

2 comentarios:

  1. Muy acertada su reflexión... se hace necesario un cambio de dirección,o de lo contrario, el caos nos sumergirá a todos.

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  2. Señora Sosa: No soy Venezolana pero, por muchos años viví en aquel hermoso país, mis hijos sí son Venezolanos. Por fin descubro su página, y la enviaré a todos mis contactos venezolanos para que tengan un respiro en estos momentos de sosobra en el que viven. Personas como ud. se necesitan más que nunca. Dios Quiera tenga muchos seguidores y pueda uds. contribuir con el rescate de la Democracia Venezolana.

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