AMNISTIA SOCIAL

Los venezolanos estamos hartos de la injuria oficial, la cual incita a voluntad a la injuria opositora.

Hay que analizar cómo actúa el poder ante los opositores y disidentes, su desprecio sistemático, trato brutal a manifestantes pacíficos; prisión para siempre de aquellos vinculados a un evento que necesita culpables, todo amparado por jueces sumisos a la política.

Padecemos un colosal aparato de propaganda para hacer opinión pública y transformar a todo el que no obedezca en miembros de una banda de delincuentes, y de esa manera callar las convicciones de quienes quieren que la división entre buenos y malos ciudadanos termine.

Todo esto, en manos de los nuevos jefes, que hacen creer a la población que ellos cumplen lo que Hugo Chávez les ordena desde algún lugar. Es inútil esconder que el líder revolucionario nunca dejó espacio a ninguno de sus colaboradores y se constituyo y logró ser irremplazable, especialmente en el contexto internacional. El era la revolución, toda la revolución.

Por tanto, los personas que tienen responsabilidades de Estado se comunican para pedir odio y no asumir competencia en sus actos. La falta gravísima de un gobierno, se concreta en que los que están a cargo de los poderes públicos no se dan cuenta que su comportamiento humilla y juega con el pueblo. O peor aún, lo saben pero siguen adelante.

Un buen ejemplo es el Consejo Nacional Electoral, tratando de enfriar el conteo de los votos de las auditorías ciudadanas para determinar de una vez por todas quien resultó Presidente de la República por voluntad del voto de cada venezolano; evadirlo es cerrar el camino a la reconciliación.

Si esta conducción política sin legitimidad, continúa desafiando al pueblo a que reaccione por sus derechos, no puede dejar de contabilizar que mas de la mitad de la población está dispuesta a defender su voto y será apoyada por aquellos seguidores de Chávez que parece que lo conocieron más que quienes estuvieron a su lado por tanto tiempo.

Un gobierno indigno es aquél que arruina la paz social. Por eso no está de mas recordar que los jóvenes venezolanos quieren conservar el futuro, su comportamiento muestra que son muchos y decididos. Los caprichos oficiales son mantequilla en el sol. Los ciudadanos somos fieles a la proclama: cada vez mas libertad individual para todos y todo lo que quieras, debes ganártelo.

Está en manos del Estado una amnistía social, es el comienzo, nunca el final.