El estudio de la Agencia Hinterlaces publicado 5 de marzo
de 2012 presenta el resultado de la evaluación de gestión del presidente
Chávez, trabajo que a mi juicio se resume EN tres frases reveladoras de sus
resultados:
1) El quiere a los pobres y desea ayudarlos
2) A los pobres no nos ha resuelto nuestros problemas, pero no tenemos otra
opción
3) Es humanitario, buenas intenciones
Ninguna respuesta se refiere a la evaluación del
ejercicio de un presidente de la República, sí al reconocimiento público de
personas que agradecen haber sido las destinatarias de sus discursos. No
tenemos inversión en autopistas, en salud, en conocimiento, en educación, que
permita afirmar que somos un país rico, sólo clasificamos para decir que
tenemos petróleo y muchos dólares provenientes de venderlo. Además por cuenta
de ese recurso natural nos endeudamos y compramos comida en el exterior. ¿Hasta
cuando?
Por eso tenemos que reconocer y valorar que “desde abajo”
está surgiendo un nuevo repertorio de valores, nociones, interpretaciones, sin
dirección y sin referencias ideológicas, influenciadas por el aprendizaje de la
dura confrontación y un discurso gubernamental fundamentado en el principio de
diferenciación según las clases sociales y utilizando la masificación de la
propaganda, lo cual ha ayudado a seducir a quienes alcanzan sus
beneficios.
Esa campaña de incluir en el discurso a quienes menos
tienen, consigue el agradecimiento a Hugo Chávez; sin embargo no va acompañada
de la ideología socialista, a la que la población más bien se ha hecho inmune.
El tránsito de sintonizar con el pueblo se agota cuando se descubre la
manipulación política detrás de la aparente “bondad social”
El discurso oficial ya tiene 13 años y el tiempo muestra
con un realismo implacable los estragos y los defectos del Gobierno: acaba con
la magia de creer que el país avanza.
Chávez está empantanado en la trampa del tiempo, de
repente se hizo viejo, ha dicho lo que la gente quiere escuchar; pero quieren
calidad de vida, trabajo, salud, educación. Por eso la posibilidad de elegir
otro presidente es una esperanza de avanzar.
Ser ciudadano me coloca en una relación diferente con el
Gobierno de la que he tenido hasta ahora, estoy en condiciones de exigir el
cumplimiento de mis derechos y el Estado en la obligación de darme las
garantías para disfrutarlos. Este principio lo entonan todos los días las
personas que están en los refugios. Igual lo cantan los desplazados hacia otros
países por la “Revolución”.
Podríamos decir que este es el preámbulo de los temas esenciales
que permiten al elector tomar decisión sobre la oportunidad de avanzar con otro
presidente que tome de este largo período “gobernar desde abajo”.
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