La mentira en política
la aceptamos como algo consustancial a la naturaleza de los políticos, asumimos
que todos mienten y como eso es así no sancionamos su falta de ética, por
vergonzante y evidente que sea la mentira que nos echan.
Aunque sea con mentiras
con lo que llegan al poder gobernantes y políticos, los ciudadanos no podemos
aceptar que sea una justificación para detentar una moral diferente a la de los
ciudadanos que dicen representar o servir. Así justificaba Henry Kissinger sus
mentiras. Los fines políticos no justifican medios inmorales.
En el caso venezolano,
la moral de un militar sí es diferente a la de un ciudadano: tienen
prohibida la militancia política de la misma manera que están impedidos de
estar al servicio de persona o parcialidad política.
El dilema para la FAN
es que Hugo Chávez, en ejercicio del cargo de presiente de la República, es un
civil que decidió asumir como militar activo las prerrogativas de la
oficialidad, exigiendo obediencia a sus subordinados para desarrollar y
afincarse en su proyecto socialista marxista.
En el ámbito nacional e
internacional retumban cuatro frases recientemente dichas por Hugo Chávez
y que permiten medir el alcance de sus mentiras:
1.- Lucho por la
igualdad del pueblo
2.- La FAN es chavista
3.- Pido respeto para
lo que represento, un pueblo heroico
4.- Obama es un
farsante
Decir que se lucha por
la igualdad de un pueblo, constituye una horrenda falacia cuando todas sus
acciones y discursos están dirigidas sólo a aquellos que son sus
seguidores, mientras rechaza y excluyen a quienes lo adversamos. Tal mentira es
solo comparable con asegurar que las FAN son chavistas, cuando lo cierto es que
para defender la patria se necesita un pueblo unido, no dividido.
Afirmar que somos un
pueblo heroico por el 4 de febrero y pedir respeto porque representa a esa
parte del pueblo es más falso que Judas, el pueblo fue ignorado por los
militares golpistas el 4 de febrero de 1992. Pretender hacernos creer que
el presidente de los Estados Unidos de Norte América es un farsante es otra
mentira inmensa cuando, por otro lado, instruye al Canciller que realice las
gestiones para darle la mano al “farsante”.
Dicen que el presidente
Hugo Chávez es el mejor ejemplo de un “animal” político, estoy en profundo
desacuerdo. Para mí es sólo un militar que no llegó a culminar su formación,
que creyendo construir un lenguaje que ata a sus seguidores a él y a su
proyecto, ha degenerado en una ordinariez de mando propio del que se
siente poderoso e invencible, por eso habla y habla utilizando la mentira
como arma de convencimiento. Miente, miente, miente, -dice el refrán marxista-,
que algo queda.
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