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DETRÁS DE LA ADULANCIA


Alabar a alguien con fines interesados es usual entre políticos, en ocasiones a ese antivalor se le llama diplomacia. Lo cierto es que en la visita del presidente de Irán a Venezuela, ambos mandatarios rivalizaron en intercambiar lisonjas, cada uno con fines distintos.

Veamos los hechos, tratemos de dilucidar los mensajes subliminales  escondidos detrás de tanta adulancia, abrazos y manoseos.

Empecemos por el trato que se dieron y cómo se calificaron uno a otro. Mientras el presidente Chávez llamó a Ahmadinejad “verdadero hermano”, éste lo calificó de “querido compañero”. Por tanto, el primero enviaba un mensaje de lealtad obsecuente e innecesaria, mientras su contraparte llevó su saludo al terreno del interés político común, cuando afirmó: “…a pesar de los arrogantes (refiriéndose al imperialismo norteamericano) que no quieren que estemos juntos estaré para siempre junto a Chávez.”

Esto contrasta con el esfuerzo del presidente Chávez en demostrar cuánta y eficiente ayuda hemos recibido de Irán: se han construido 14.000 casas, fabricas de tractores, vehículos y procesadoras de leche, e instalado 26 plantas agroalimentarias, lo que le llevó a soltar esta frase  “muchas de las arepas con que se alimenta el pueblo vienen de la harina procesada por las máquinas iraníes”. ¿Será que las máquinas son iraníes porque no las hemos pagado?

En realidad la visita de algunas horas puede que permitiera a Irán cobrar por trabajos realizados, pero la naturaleza del encuentro fue geopolítico, enviar desde Venezuela un mensaje al pueblo iraní: le decimos desde el continente americano a los EEUU que somos gobernantes autoritarios y militares, que nos une el anti-imperialismo, que “…Somos socios en un camino que elegimos y que continuaremos en él.” (Palabras del líder supremo Iraní ayatolá Jamenei reportado desde Teherán el 9 de enero pasado)

El programa nuclear iraní es ya mucho más que una provocación, más que una violación a sus obligaciones internacionales al pretender llegar a ser una nueva potencia nuclear o, expandirse económicamente. Tras esa fachada oculta su verdadera naturaleza política e ideológica: contaminar a otros pueblos su propia lucha contra todo el que no piense como ellos.

El presidente iraní vino a hacer demostraciones de fuerza desde el propio continente americano, y mediante la técnica de la adulancia al presidente Chávez, obtener el beneplácito para el ingreso indiscriminado y sin control de iraníes a Venezuela, ¿será que quiere conformar un centro de espionaje continental? No es una afirmación ni siquiera una denuncia, no pretendo acusar a nadie, es sólo una reflexión que me hago.

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