Nunca la Constitución había señalado quien es
el responsable del régimen fiscal y presupuestario. Desde 1999, esa función le
corresponde por una parte al Ejecutivo Nacional con la obligación expresa
de que “…el ingreso que genere la explotación de la riqueza del subsuelo y los
minerales (…) propenderán a financiar la inversión real productiva, la
educación y la salud”, con base en los principios de eficiencia, transparencia
y equilibrio fiscal.
Entonces está clara la responsabilidad del
Presidente Hugo Chávez y del Ministro de Economía y Finanzas Jorge Giordani
junto quienes integran el Consejo de Ministros, de este incumplimiento.
Es responsable el Banco Central de Venezuela,
en la persona de Nelson Merentes, quien tiene a su cargo, de acuerdo al
artículo 318 constitucional, “lograr la estabilidad de precios y preservar el
valor interno y externo de la unidad monetaria”: el bolívar.
Pero observamos que el discurso del
Vicepresidente Ejecutivo Nicolás Maduro está reprimiendo sus faltas por las
sanciones que le impone a la población: devaluación, desempleo, ampliación del
gasto público, alto costo de la vida, falta de bienes y servicios.
Habla sin entender que la sociedad desorientada
quiere creer que sus penurias tienen esperanza de mejorar; pero también que
cambiar “para mejor” es una opción ante la situación económica que la agobia.
La Nación sufre de parálisis, su funcionamiento
se ha hecho tan rígido que se logró trancar la máquina económica y las medidas
están haciendo pagar las consecuencias a cada venezolano; lo cual se mide en el
hecho cotidiano de comprar comida.
Haber abandonado la libertad como estandarte
constitucional ha producido una violencia estructural en el lenguaje, en las
cárceles, en la calle, en los sectores populares, a los que se agrega el
ejército de reserva de desempleados. Porque tener hoy el salario básico
equivale a estar desempleado.
La extensión de la miseria, el desnivel de los
salarios, la desaparición de la autonomía de la producción cultural, la
imposición de los valores socialistas nos ha vuelto mudos para defender lo que
nos corresponde como ciudadanos. Es hora de exigir.
El Vicepresidente, quien efectivamente toma las
decisiones de gobierno, va a continuar dictando medidas económicas bajo la
apariencia que las toma Chávez, violándole el derecho a defenderse ya que
debilitado por la enfermedad no puede hacerlo. Eso se llama cobardía.
excelente
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