El Decreto Ley con carácter orgánico dictado por el Presidente de la
República en Consejo de Ministros (al que nos obligan llamar Ley Orgánica del
Trabajo), incorpora en su título a Trabajadores y Trabajadoras, sin que
en ninguno de sus 544 artículos se los mencione cómo clase obrera,
calificativo que, sin tapujos, utiliza el presidente en otro Decreto Ley,
también con carácter orgánico, mediante el cual crea el Fondo de Ahorro
Nacional de la Clase Obrera y el Fondo de Ahorro Popular, dictado cuatro días
antes del Decreto que regula el trabajo.
Entonces -si son clase obrera- ¿que pasó con la afirmación de Engels de que
la supresión de clases pone fin a la estratificación y jerarquía despótica como
reivindicación proletaria de igualdad? La “clase burocrática socialista” será
ahora quien genere la explotación de la clase obrera, en la que todos visten
igual, comen igual, piensan igual, fundamento del totalitarismo moderno.
El vicio ideológico es sustituir el derecho individual a tener un trabajo y
la obligación del Estado de promoverlo, por el “proceso social del trabajo”.
¿Dónde queda el trabajador?
Se incorpora igualmente en este Decreto del trabajo y no del derecho al
trabajo, la máxima marxista de que la riqueza es un producto social generado
principalmente por los trabajadores.
El Estado, en esta concepción marxista, es un mero promotor y protector
para igualar a todos los trabajadores, olvidando su rol constitucional esencial
de promover el empleo.
Insistiendo en el contenido ideológico del Decreto (DLOTTT), su artículo 25
señala “El proceso social del trabajo tiene como objetivo esencial, superar las
formas de explotación capitalista, la producción de bienes y servicios que
aseguren nuestra independencia económica, satisfagan las necesidades humanas
mediante la justa distribución de la riqueza…”
Es decir, este gobierno quiere hacernos creer, partiendo de que todos los
trabajadores son unos ignorantes, que un bien es producido íntegramente por el
trabajo de un solo individuo, por eso es un explotado. Cuando todo trabajo
individual es siempre parte de un trabajo social, sin el cual éste no podría
desarrollarse sino artesanalmente.
Este gobierno “socialista” es tan obtuso, que no
logra crear un mecanismo de distribución del ingreso sin explotación, sin hacer
desaparecer su libertad de trabajo y el derecho a escogerlo. El
tratamiento de este texto llamado del trabajo, hace de los trabajadores una
masa informe, homogenizando y estandarizada, buscando una igualdad que resulta
absurda, por ser inexistente
No hay comentarios:
Publicar un comentario